domingo, 27 de mayo de 2012

DlR XXIII. el final

este es e final de "desde las rocosas". el final dice esto: Nuestros hijos nos han dicho que dejemos de jugar. La muerte era justamente esa orden, en ese orden. Se acabó

aún así, el deshielo dejó un libro con anotaciones. no tienen sentido, pero son estas, una especie de sobras del festín. sobras ricas. absurdas. las dejo aquí porque a veces los desperdicios son pruebas de cocina. ni siquiera me molesto en quitar las mayúsculas.

Doctor, doctor, con el acento en la primera o. Dóctor, dóctor. Qué nos está pasando. Cómo puede esto haberse instalado en las rocosas, un terreno siempre entregado a la belleza, blindado al gris. Qué coño es esto, dóctor?
Un día le dijeron: sé lo que llevas en esa mochila. ahí hay una serpiente y un hacha con dientes en el filo, y una corona y una banda. Lo clavó.

Lo mejor de aquel día fue tu silencio. Cualquier palabra mal dicha habría desencadenado una tragedia. Y lo que mejor hiciste fue quedarte callado. Ahora me duelen las piernas, debería llevar dormido varias horas. La luz me ha quemado los ojos. Y mañana debo volver a salir ahí. Con los tirantes puestos

A las tres de la mañana ya había soñado algo en lo que estaba Julio Iglesias. Por mi podría haber empezado ya el día, en ese momento, pero no. Quedaban cuatro horas más de sueño. Aquí lo dormimos todo.

Esquiar engorda. La última bajada es la buena. Sabes que ya no volverás a ese perfil hasta dentro de mucho. Para entonces la nieve será otra, la visibilidad tal vez diferente, y el frío más intenso. Tú, más viejo. Y todo eso cambia el encuentro de nuevo y hace que la última bajada sea algo no irrepetible, sino inexistente. Pasaste y ya no queda nada. Incluso la huella dura poco en primavera.

Y esto ha sido todo desde las rocosas. Nuestros hijos nos han dicho que dejemos de jugar. La muerte era justamente esa orden, en ese orden. Se acabó.


últimas constataciones: vincent murió asesinado. el chico del tiempo murió en sus anotaciones. yo, muerto también. en el último instante, en el último latido creí ver que thomas estaba ahí, mirando.

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