domingo, 11 de noviembre de 2012

Frank y la basura



Me llama un amigo: Ey, Frank! – Ey! - Qué pasa tío? – No pasa nada, si pasase te habría llamado yo, qué quieres. Se ha mosqueado mi amigo, dice que no se puede hablar conmigo. Tiene razón, pero eso lo sabe cualquiera. ¿Para qué coño llaman?

Me están pagando para que escriba cosas de mi vida. Les debe gustar mi basura. Sólo sé escribir sobre la basura. Los restos es lo que tiene interés: por qué están ahí, por qué justamente ese trozo de deshecho y no otro; qué pasó. Lo que no está en el contenedor ya fue disfrutado, no existe, forma parte del cuerpo de uno y eso ya es privado. Es decir, vale mucho más dinero.

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