lunes, 28 de octubre de 2013

la clave

I. al final la clave estaba en cómo quedaba el libro abierto. era un catálogo de fotos con los deportista top de nike, en el nike store de omotosando, tokio. estaba serena williams, lebron james, sharapova... y al abrir por las fotos de rafa nadal, en la portada, a doble página la raqueta quedaba cortada, de modo que tenía forma de corazón. y ahí estaba la clave. el corazón es la herramienta.

II. para ir de australia a japón hicimos escala en bangkok. para volver a madrid desde japón pasamos por doha. en los vuelos a eeuu hicimos tránsito en londres. y entonces ves aviones. muchos. ves el airbus a380, esa mole de dos pisos en todo el fuselaje movida por cuatro motores. no sé si lo tiene british airways, supongo que no, porque la flota de boeing 747 que hay en heathrow es para acojonarte. sí lo tiene thai airlines. lo vi en bangkok. y lo tiene malaysia airways. lo vi en kuala lumpur. vi las flotas de ana, all nippon airlines, en narita. acojona. aviones de rango medio, fuselajes finitos y largos todos alineados en los fingers. el transporte mide la potencia de los paises. y hay una guerra delante de nuestros ojos, en el cielo. esto lo sabes por los periódicos pero cuando enlazas tantos aeropuertos internacionales en tan poco tiempo la puedes sentir físicamente. cuánta gente soy capaz de poner en otro lugar. cuántos tíos te puedo meter en tu país. al peso, cuántos kilos de gente muevo por el planeta. cuántos océanos salvo con los aviones llenos de gente. esa es la guerra. otra más.

III. vuelvo a casa, donde juega uno la vida de verdad, vila-matas dixit. tengo ya ganas de sentir el calorcito que te deja el chasquido de ese centímetro de suelo que sabes que cruje. lo pisas, cruje, y sabes que todo está en su sitio.


miércoles, 23 de octubre de 2013

pocas bromas. tokio3

dijo el policía que no y era que no. que los carritos y las cajas sí se podían ver pero que los atunes cortados y etiquetados era otro cantar. sólo entran ciento veinte personas ahí, a la lonja. si no eres uno de ellos puedes ver las cajitas y todo eso, pero los atunes, en la sala donde comienza el reparto... no.
así que nos fuimos de allí con esa foto robada y cada veinte metros un nuevo policía amablemente nos abría así la manita y decía: por allí, por allí se sale, sayonara. fuimos a comprar cuchillos, un cuchillo para la verdura, afilado allí mismo entre piedra y agua y esos trapos con la grasa para proteger la hoja. luego saludamos a dos cocineros españoles que habían venido a dar una ponencia y estaban con la primera mirada del cuando querían meterse en la cocina y les dejaron manejar una sartén en casa. así iban por los pasillos, extasiados y emocionados. les dejamos buscando el puesto de carne de kobe. a nosotros nos toca maleta y a motegi. viene un tifón también, por lo visto. dentro, mientras, seguían cortando los atunes.

la casa del guardián. tokio2

hay una primera cuestión: en el metro todo está atornillado. ni un solo remache. barras de metal y tornillos. la industria. los asideros con cinta doble atornillada, también. el mercado de las arandelas, los cables, los enganches, los conectores, los fusibles, todo en su cajita. el respeto por las cosas que se hicieron y funcionan. hoy el cielo estaba cubierto y la luz era extraña, y en el camino al templo un barrendero quitaba las hojas por encima de las piedrecitas con una escoba de ramas. la pasaba como quien traza una curva con compás. se gustaba en el giro. tenía en el lateral otras escobas, algunas con más ramas, un rastrillo y una caja de madera. los niños son igual en todo el mundo, se tapan la cara cuando su madre les hace una fotografía vestidos para la ceremonia. la segunda cuestión es el tipo del tambor en el parque, ensayando sobre los zuecos. y hay una tercera: las tiendas como un pozo luminoso. no acaban nunca. giras la calle, cambias de barrio, tomas un tren, vas a la otra punta... y siguen ahí: más rascacielos, tal vez los mismos, distintos carteles, otras luces, la misma mercancía; otra exhibición, otro diseño, otro arquitecto, distinta firma, la misma oferta que no acaba y te persigue. aquí hay cosas, ven. mientras tanto, el palacio del emperador no se ve. en la foto sólo aparece la casa del guardián.

martes, 22 de octubre de 2013

tokio1

la tienda para acariciar gatos, el edificio de karaoke, con habitaciones cerradas y sangría para todos, el único chino de japón, la mesa de madera, el ejetutivo y el cliente, el tifón por la parte este, las chcas disfrazadas de niña invitando a pasteles decorados con mickey mouse, los edificios de tiendas sólo para mujeres, las salas de máquinas de juego, humo, ruido, dinero en las rodillas, las cestas entre las piernas, los husos horarios, el tren y el metro, los vagones sólo para mujeres entre 7 y 9 de la mañana, el mercado de pescado cerrado, dos miércoles al mes cerrado, hoy es uno de esos dos miércoles, closed!, con una equis en los dedos, el templo, el agua del dragón, el burro parado, quieto, dos palmadas, oración, el chef saliendo a la calle para explicar la carta, el tipo que limpia los cristales descolgándose por la ventana, las compras, la distancia, el ajuste mental.

miércoles, 16 de octubre de 2013

oxígeno

I. cuando estás en australia tienes que hacer el esfuerzo mental de decirte a ti mismo que estás en australia. tal vez porque de pequeños nos contaron aquello de que se podía llegar excavando en línea recta atravesando toda la tierra. esa manera de definir dónde está australia es como decir: no vas a ir nunca. y se queda sellado. entonces, al despertar en el hotel, tienes que volver a desconectar el cable de excavar y atravesar la tierra, y en esa milésima de segundo en la que te preguntas: dónde estoy? desde otra parte del cerebro respondes: en melbourne. y tratas de creerlo.

II. hay gente que tiene el don de la definición. me dice l: "trazado fino en melbourne, no?". y es eso. el trazado fino del civismo, el gusto, el aire, el respeto del cielo y el orgullo del deporte. el río yarra cruza melbourne y la ciudad lo mira desde las hileras de ciclistas que van por la ribera, desde los clubs de remo, desde los restaurantes con ventanales, el estadio de fútbol australiano, las pistas del australian open, el nombre de rod laver entre árboles. hubo unos cuartos de final, en 2007, en los que rafa estaba jugando lesionado. casi no podía caminar y su tío toni le dijo desde la grada: "déjalo!"; le contestó desde la pista: "cómo que lo deje!, estamos en australia!"

III. australia obliga, melbourne obliga. a la pausa. al civismo. a estar activo. a mirar. a disfrutar. a vivir.

IV. a la playa de st kilda se llega en tranvía. hoy soplaba fuerte el viento allí. unas cuantas gaviotas jugaban a mantenerse arriba y dos viejos las hablaban como si fueran sus nietas. les pregunté dónde estaban los pingüinos; uno de ellos me dijo que cuando el viento llega de la ciudad se meten en las rocas y me llevó hasta el escondite de uno. luego vi unas cuantas tiendas y tomé algo en una cafetería con todo tipo de instrumentos colgados del techo. enfrente, una peluquería se anunciaba con figuras modeladas en el tejado. una leía el períodico.

V. en el desayuno decidí mirar si @luisvalenciano había escrito algo últimamente. y lo que leí resultó ser oxígeno. aire inteligente. ropa blanca en un taller. lo dejo aquí.