domingo, 28 de abril de 2013

embargo suspendido

I. ¿cuántas calorías tienen 175gr de frutos secos?, ¿y tres gin&tonics?, ¿y un insulto?, ¿cuántas calorías hay en un insulto, en una descalificación, en un vómito? eso, ¿cómo se lo saca uno de encima?

II. estuve viendo un partido de fútbol de chavales de 9 años. uno de esos partidos sobre cesped artificial, con los chicos equipados hasta las orejas. uno de los equipos era el de la federación española de fútbol, favorito claro para ganar el partido. sucedió que el empate a cero se prolongaba más de lo esperado y los de la federación comenzaron a apretar cada vez más arriba. en una de las jugadas van a presionar el saque de puerta. el defensa recibe cerca de su portería, ve que viene a encimarle un rival, lo regatea, avanza unos metros y pasa a un compañero. me sorprendió con qué seguridad hizo el regate, pero en ese momento vi que el entrenador caminaba por la banda en dirección al chaval para decirle que ahí no se regateaba. en la siguiente jugada los de la federación volvieron a presionar. el defensa recibió, vió que se acercaba rápido el delantero contrario, intentó pasar el balón a un compañero, lo perdió... 0-1. dos minutos antes había salido regateando. ahora no.

III. lo que no puede pasar es que las semanas se nos queden embargadas, suspendidas, y acabemos por perderlas. no va a volver a suceder.

miércoles, 24 de abril de 2013

las moscas

I. llegaron las moscas y no sabían leer. con esto podría ser suficiente para describir lo que ocurría. pero es que además estaban por todas partes, con ese zumbido desagradable y grosero del insecto que huele el estiércol y se lo unta en las patitas. zubaban y zumbaban. a una hora determinada. un día concreto. cuando parecían haberse cansado, volvían, pero ya en unidades sueltas. un zumbido por aquí. otro por allí. y así pasaban los días. moscas dispuestas a escribir con faltas de ortografía. moscas que no sabían leer.

II. vuelve el frío este fin de semana, dice el chico del tiempo.

III. hace poco comí con un viejo periodista. me contó cosas de cuando todo era más salvaje, más far west. más cuaderno y lápiz y menos ordenador e internet. venía de jugar al golf y parecía un tipo sereno y tranquilote, en esa fase en la que empieza a sudarte la polla todo, pero hasta un cierto punto. fue una comida alentadora.

jueves, 18 de abril de 2013

en el camión ponía cow killer

sonó el teléfono a las cuatro de la mañana y era para que fuéramos a informar de esa explosión en la fábrica de fertilizantes a 20km de wako, texas. y allí fuimos. a una granja en la que había no menos de 20 unidades móviles y 30 cámaras de televisión. la estimación de muertos había bajado de 70 a 15 durante la madrugada. supongo que no querían que la gente escuchase una cifra alta mientras tomaban el café en el desayuno. cuando amaneció comenzó también a diluviar. la bandera americana a media asta bajo la lluvia. una señora sacaba tacos o burritos para que la prensa desayunase. y en un momento determinado las vacas comenzaron a mugir. se mezclaban las estimaciones y las crónicas con los mugidos de los animales. el maquillaje de los presentadores con el olor de tierra y estiércol mojado. esa granja estaba lejos de la planta de fertilizantes. tan lejos que no había referencia visual de donde se había producido la explosión. en esa granja había también un policía. un tipo pelirrojo, con el escudo de la policía de wako bordado en las mangas de la chaqueta. a las 10 de la mañana decidió hablar. se puso delante de los micrófonos y se te caían los cojones al suelo sólo de escuchar lo que decía y cómo lo decía. repartía la mirada como como el tac tac de un metrónomo a cada cámara que le enfocaba, y vocalizaba con una cadencia que significaba: lo que digo no lo voy a repetir y lo vaís a entender a la primera. entonces el tipo decía: por mucho que queráis datos, nosotros no vamos a trabajar más rápido; los cuerpos de seguridad llevan ahí metidos muchas horas y están haciendo el trabajo a la velocidad que la situación requiere y con la mayor profesionalidad y dedicación. no hay cifras de víctimas. sabemos que falta mucha gente y sabemos que encontraremos aún muchos supervivientes. lo que respira nuestra gente puede acabar con sus vidas y sin embargo están dedicando el tiempo necesario. y así frase tras frase. sin leer una sola línea, sin bajar el tono ni la cadencia una sóla vez. el policía de wako. las vacas, sin embargo, seguían mugiendo. luego fuimos a desayunar a una cafetería en la carretera y allí entró una chica con la gorra bien calada y salió otra del mostrador y se dieron un abrazo y rompieron a llorar. la jefa dejó vivir aquella situación hasta que le pareció oportuno decir: perdona, jen (algo así dijo), necesitamos que nos ayudes aquí. aquí era detrás de la barra, donde estábamos con nuestros cafés de medio litro y los pasteles de canela.
volvimos a la granja. habló desde austin el gobernador. a una periodista le pregunté: el que habla es el gobernador de texas?. me dijo: si el rótulo pone rick perry, sí. es que yo soy de seattle y estaba por la zona y me han pedido algo del periódico. el caso es que rick tampoco dio una cifra, pero dejó otra frase: en este estado, la gente no corre para escapar de los problemas; la gente va hacia el problema para ayudar, para intentar salvar una vida aun poniendo en riesgo la suya. nosotros volvimos a entrar en los informativos de la noche y luego regresamos a austin, directos al circuito para intentar recuperar tiempo con grabaciones que habíamos dejado de hacer. es un circuito precioso, nuevo, limpio y tortuoso. mientras lo recorría con la scooter vi a márquez casi parado en una curva, explicándole a tito rabat la trazada. luego el cielo se puso incandescente y vimos esos arañazos blancos.
austin, texas

miércoles, 3 de abril de 2013

la hora quinta


En un avión te puedes volver loco. Depende de las horas de vuelo, pero a partir de la quinta todo comienza a hacerse difícil. Ya se percibe la densidad del aire y ya uno empieza a hacer cuentas. Las matemáticas del avión. Si debe o no dormir. La hora que será cuando llegue. Si el de al lado la está cagando al dormir o por el contrario lleva la estrategia de sueño adecuada. En un avión, después de cinco horas, te empieza a incomodar que haya una monja, o dos. Es desconcertante que una vaya de marrón y otra de blanco. En la hora quinta puede ser que te apetezca ponerte a cantar. Ves que las manitas cruzadas de los novios de las filas de la ventanilla empiezan a soltarse. El factor pasillo central se vuelve un muro en la hora quinta. Las azafatas nos dan agua. Nos dan agua. Agua como si estuviésemos en una maniobra de supervivencia. Debería haber escrito esto a boli en el cuaderno, pero está en la mochila que está en el portaequipajes de cabina que está encima de mi cabeza. Y eso es un principio de tortura. El cuaderno encima de mi. Quedan dos horas treinta y dos minutos para llegar. Supongo que no se harán más cortas porque lo escriba con palabras en vez de con números. Aún así no me voy a dormir. A tomar por culo. On my way to the desert. Tengo ganas de verlo.

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He perdido las pastillas de biodramina en el avión. En el avión. Las he perdido en el avión me cago en todo. Podría soltar una burrada mayor pero detrás están las monjas, la monja marrón y la monja blanca. Un respeto. 
Le digo a la azafata que si alguien se las da son mías. 
-Pero qué ha perdido Ud?
-Las pastillas, las pastillas para el mareo!
-Ah! Pastillas!
-Sí, eran de color rosa.
-De color rosa?
-Sí.
-Bien, preguntaré a mis compañeras por si las han visto.

Esta tía no le va a preguntar nada a nadie. Se le ve en la cara

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Por listo. Viene la azafata y me dice que ha preguntado. Que nadie ha visto nada pero que tienen pastillas para el dolor de cabeza. Ya, le digo, las mías es que eran para el mareo. Le he dado las gracias, anyway.

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PD: La biodramina estaba en un bolsillo de mi mochila. Cuándo cojones la pondría yo ahí?

martes, 2 de abril de 2013

madrid - doha

Aeropuerto de Madrid. Nuestro avión, Qatar Airlines, es tercero en cola para despegue. De repente una pasajera grita: dóctor! dóctor! con acento en la primera o, en inglés, is there a doctor on board? Eso es lo que me despierta. Dos filas delante una señora está de pie, y la de atrás sigue gritando dóctor, dóctor, con acento en la o. Alguien se levanta y acude. Hay un remolino de gente, azafatas incluidas. La chica se explica en inglés: dice algo de que tiene una dolencia en el corazón. Se refiere al pasajero sentado delante de ella. Debe de ser su padre. La señora que le acompaña se echa a llorar y se aleja unos pasos. Sin embargo la situación parece calmarse. El pasajero se está recuperando pero la chica dice que así no puede viajar. A alguien que se acerca le dice: ni de coña!. Que no va a volar. Está mal y no sabemos qué puede pasar en el vuelo. Esto ya lo dice en inglés, un poco con el acento de Kate, de Lost.

Así que la situación es: matrimonio español de unos 60 años con un familiar (la chica que gritó desde la fila de atrás) que habla inglés perfecto. Él se ha desvanecido, la mujer se ha llevado un buen susto. El comandante, ya enterado del incidente, habla y dice que un pasajero se ha encontrado mal y que le va a desembarcar. La señora, que también se ha recuperado del sofocón se acerca ahora al marido para explicarle lo que le ha pasado. Está aturdido pero consciente, incluso sonríe. La mujer lanza su diagnóstico: te has quedao boquerón!
 
Así comienza el Mundial de MotoGP.

PD: Ya estamos en Doha, Qatar.