miércoles, 6 de diciembre de 2017

la cordada

I. el fuego quiso salir de la chimenea y tiró una lengua afuera fuera, intentando alcanzar unas bombillas de papel. fue un aviso.

II. bajo techo se transformó, me dijo. era otra. cogió el joystick de la vida de todo el mundo. no lo entiendo, remató. me tuve que ir, dijo.

III. en realidad no parecía que fuese mucho. nos llamábamos, pero siempre era por trabajo. bueno, yo le felicitaba los cumpleaños. una vez quedamos a comer. no fue más. y sin embargo sueño casi cada noche con él. qué putas conexiones había ahí? no lo entiendo. tal vez era una cordada de la que fiarse. una cordada parecida en un tiempo distinto. pero esa huella tensaba la mía. ahora despierto melancólico muchas mañanas.

IV. señora, el suelo que pisamos en los templos no es más que la tapa de un inmenso osario. aquí se enterraba a los muertos. hasta mil ochocientos ocho, creo que dijo. la señora daba un respingo cada vez que el guía hacia referencia a los muertos. pero yo les cuento lo que ven nuestros ojos. no es ni más ni menos que eso. el botafumeiro, lo que nos cuentan de la catedral de santiago, que es para mitigar el olor de los peregrinos. es mentira. había botafumeiros en todos los templos para tapar el olor a muerto. la señora daba otro pasito atrás. miren, los templos son blancos porque fueron revestidos de cal para frenar las epidemias que generaban los enterramientos bajo el suelo. miren la disposición de las losas que pisamos; no son más que tapas de tumbas. si se fijan están numeradas. si el párroco nos dejara ver los libros sabríamos quién está ahí dentro, pero no podríamos decir este es el cuerpo de mi antepasado. o este otro. no; porque los enterramientos eran colectivos. cabían hasta veinticinco, o treinta cuerpos, unos encima de otros. quiten el ataúd, y ya les digo yo que sí caben. la señora, con su maquillaje elegante, su abrigo de piel. la señora buscaba una salida urgente. preguntas!, dijo el guía. alguna duda? no; a mí me ha quedado clarísimo, contestó la señora, podemos entrar ya a ver la catedral? estaba indignada.

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