Cuando Oprah Winfrey lanzó aquellas cinco preguntas a Lance Armstrong le advirtió: sólo responde sí o no. Y de la boca de Armstrong salieron cinco síes que confirmaban su dopaje en los Tours que había ganado. Entonces, uno de sus periodistas de cámara, uno de los que había defendido la honestidad del tejano hasta la fatídica entrevista escribió un artículo durísimo que tituló: Todo fue mentira.
Con Juan Manuel Gil temo que llegue un día en el que confiese que sus novelas no son ficción y que el titular sea: Todo fue verdad.
Acabo de leer La flor del rayo, y vuelve lo de siempre con Juanma Gil. Teje una cortina imaginaria entre realidad y ficción y nunca sabes en qué lado estás. Eso en el mejor de los casos, porque a veces dudas de que esa cortina exista. Es un maestro en atraparte. Lo hace con una naturalidad tremenda, como los que hacen magia de cerca: pim pam, esta era tu firma? pues la rompo, mira en tu bolsillo; oh! la carta con tu firma!! pero tú me habías visto romperla, no? y cómo apareció en tu bolsillo?
Entonces te entran una ganas tremendas de llamarle para preguntar qué coño está haciendo y qué está pasando... pero eso ya lo hace su madre en la novela.
Fui a Youtube para ver alguna entrevista sobre esta novela y evidentemente tiene el mensaje totalmente fijado; lo cual me hace pensar en que se le va a hacer dura la promoción del libro porque cada vez son más las preguntas que le van asediar.
Así que resuelto (¿resuelto?) el tema de la verdad y la ficción, la vida y la novela, tendríamos que preguntarnos qué hay en el libro. Bueno, tres historias duras y un personaje irritante. Hay hachazos de humor con los que ríes si es la primera vez que lees a Juanma Gil. Si ya llevas más de dos novelas suyas... seguramente estés atrapado en su delirio y en su pose de perro incomprendido y los diálogos te lleven más a la tensión que a la risa. Lo cual le convierte en un autor temible. Ojo ahí, te va atrapar.
Con el tiempo ha ido puliendo la estructura de cómo cuenta las cosas, esa manera de sacar la escultura de la piedra cambiando la zona de impacto según él quiere, y de verdad hay varios momentos en los que la emoción surge de la literatura en sí misma, de la estructura, de la manera de cambiar de escena o personaje. Es brutal en eso. Hay que parar de leer para respirar.
Es un gran cabrón. Es un escritorazo. Os dejo un frase que está en boca de uno de los personajes de la novela: "Toma una decisión y no vivas contra ella"
Ovación para Juanma Gil.