martes, 29 de diciembre de 2015

las leyendas

I. casi no me acuerdo de cómo era esto. creo que era algo así como llegar, pensar, ordenar, escribir. dos o tres cosas del día. creo que lo hacía cuando en el poso había cierto orden y me podía dedicar a jugar. cuando el barco se mueve y lo zarandean por todos los lados es más complicado jugar. da igual quién lo llevó y porqué el barco está ahí. el caso es que el oleaje es fuerte. agotador.

II. luego está el tema de la privacidad. por qué voy a contar yo esto. todo se reordena. quién contaba antes sus cosas y dónde? en los libros. en un intercambio. lo cuento, te lo ofrezco, pagas. contenido premium. lo privado es contenido premium. se acabó la fiesta. se acabó woodstock.

III.  hoy jugué al tenis con un tipo que llevaba chaleco de camuflaje, gorro de lana y reloj de asalto. me contó parte de la historia. parecía que estuviéramos en queens. pegaba a la bola y su raqueta lanzaba un zumbido al aire. no era el grito cortado por el esfuerzo. era la raqueta quien zumbaba. después de golpear la bola. como el sonido lejano del despegue de un avión. llevaba gafas de sol. la mayor tontería que se ha escrito en el tenis es lo de acabar el golpe como si te pusieras una bufanda. qué gilipollez es esa? se lo dije al que escribió ese libro. que era una chorrada. le cortas la salida a la bola! yo lo digo por ahí y me miran mal. y puso gesto de que les den por culo.

IV. las pistas están llenas de gente con historia y partidos que contar. uno tiene derecho siempre a su propia leyenda. y mola. luego miras cómo pisan y qué zapatillas llevan... y casi siempre están gastadas más allá de lo que el zapatero recomendaría.

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