lunes, 11 de julio de 2016

iba a dormir

iba a dormir y reparé en que era verano. apagué las velas. recordé que al despertar el otro día de la siesta, el camión ese levantaba una nube de arena mientras atravesaba la montaña. a otra velocidad. la velocidad de allí. la de la gente perdida en su última oportunidad. por eso el tiempo se siente diferente. así que abrí el ordenador para escribir esto. lo del camión me lo saco de la cabeza por fin. es bueno tener las llaves de otro plan. saber dónde están. ahora tengo un fotógrafo que se peina como un futbolista. mira griezman: toda la temporada buscando cómo pintar su pelo, cómo colocárselo... y el día de la final apareció como el tipo del ultramarinos, con el pelo normal. palmó. marcó el gol la trenza de eder, de guinea-bisau, buscando sus llaves. apareció en una jugada que iba para otro lado y pegó un zambombazo. al marcar, al buscar su nombre en la camiseta vimos que debajo de eder estaba el número 9. era el 9. no iba a jugar. iba a irse a conducir el camión. y marcó el gol del título. también me saco esto de la cabeza. ahora queda lo importante. cómo era eso? hay que diferenciar lo esencial de lo importante. tengo al fotógrafo y tengo una luxindex de 12 años. una organizadora de toda la vida. de una seguridad, de un aplomo sensacional. y un acelerador de partículas precioso. para mañana hay gazpacho preparado y un arroz. no veo una mejor manera de afrontar el día. me encanta el verano.

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