la felicidad y el caos conviven en el mismo mar. necesitan la misma cantidad de oxigeno y luz para sobrevivir.
ahora llueve torrencialmente sobre el mar, un refugio sin nada sobre lo que apoyarse para descansar.
el futuro no es una opción, ni siquiera un pensamiento. intentaremos que las palabras se queden vacías a fuerza de darles sentido, y tal vez la playa vuelva a salir, con la arena intacta. intacta es imposible. con la arena en un estado de razonable buena salud.
Menudo maremoto estás cruzando!!!
ResponderEliminarMadre mía!! qué filosófico estás hoy...
ResponderEliminarDespués de la tempestad viene la calma.
Simplemente, toca vivir el momento. Y si todo fuera sencillo, esto sería un aburrimiento.
ResponderEliminarAle, no pilles un resfriado con tanto baño en el mar ;)
Vaya bien!
"intentaremos que las palabras se queden vacías a fuerza de darles sentido"
ResponderEliminarcreo que mas bien "conseguiremos" que las palabras se queden vacías a fuerza de darles sentido. A veces no hay otra que dejarse llevar por la marejada, a ver dónde inevitablemente nos lleva. Fluir con ella aunque sea difícil.
Ánimo, te envío una tabla de surf virtual, porque desear que el mar de calme no se si serviría de mucho.
besos
Ey, Abad, ¿qué, asimilando a Silvio?
ResponderEliminarMucha suerte, tío.
A veces me gustaría nadar en esa cabecita tuya, no mucho, lo justo para comprobar si lo que imagino, leo o creo leer es así.
ResponderEliminarEl jueves me preguntaron por ti. Hablé poco. Hace tiempo que no nos vemos y crecen las ganas de entrevistarte.