desconozco en qué momento decidí controlarlo todo, porque hubo otro en el que decidí que nada me importaba. pero de repente, en plena subida sin que la bici se moviese, reparé en que
ese silencio me daba tranquilidad. desajusté las calas de los pedales, cogí el móvil y borré todas las aplicaciones menos una. con esa me vale. con esa no controlo nada. volví a subir. iba muy fino en la bici esta mañana
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