domingo, 11 de agosto de 2019

un hombre bajo el agua

I. estoy leyendo un hombre bajo el agua, de juan manuel gil; una novela que es una escultura de la que te vas enterando a golpe de martillo. le pega a la piedra cada vez en un sitio, y cuando vas siguiendo las pistas de la brecha, se va a golpear a otro lado. y cada zona de golpeo es mejor que la anterior. te reconforta que vuelva a las zonas conocidas. te desasosiega que las abandone. he tenido que parar a escribir esto porque me estaba agobiando. aunque las moscas también tienen culpa.

II. desayuné con mis tías. a una le pregunté: qué vas a hacer hoy? tienes mucha tarea?; me contestó: "voy a hacer lo que quiera hacer, y lo que no, lo haré otro día. minutos antes me había dicho: yo ya no me quejo de nada, porque si empiezo a hablar no acabo, así que está todo fenomenal." mi tía.

III. "pero... que has tenido otro hijo?" me preguntó otra; salió en mi defensa mi madrina: "no te hagas la loca porque lo sabíamos todas". "hoy es que he venido con la escopeta cargada", remató. mi madrina.

IV. tengo al mayor apurando los tiempos. especialista en llevar todo al límite y ahí jugársela. aunque a veces se queda sin espacio. entonces, en un giro dialéctico que le nace del alma dice: es que no me da tiempo! pone mirada de pez y deja la pelota en mi tejado.

V. espero las fotos de prensa de motogp para contar cuál es la esquina del cuadrilátero preferida de Dovizioso cada vez que se enfrenta a Márquez.



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