trabajaba con su padre, pero lo mataron. se fue del país, andando, con la familia. vive desde hace dos años en un campo de refugiados esperando papeles. ha convertido una caseta de obra en un hogar. su madre consiguió los papeles, se fue, salió; ahora vive en la calle. en ese mismo campo de refugiados hay un chaval que cuida de su padre: no tiene piernas, se las cortaron delante de él. en una caseta un tipo hace pan y revende productos de primera necesidad que consigue comprar en un supermercado a tres km del campo. unos congoleños saludan con unos gritos que se vuelve rítmicos y acaban siendo la base de un baile improvisado. "no tienen nada pero están bailando".
este puñado de historias han surgido en no más de 10 minutos de paseo por ese campo de refugiados. suelo europeo. sé los países de la gente que ha hablado pero da igual. a veces el nombre de un país es una coartada para la respuesta. un campo de refugiados con gente viviendo allí durante años es una vergüenza y punto.
me lo ha contado en un directo de instagram santiago sánchez cogedor. quedamos en hablar hoy porque se cumple un año desde que saliese de alcalá de henares en bicicleta para ver un partido de fútbol en arabia saudí. es evidente que eso era una excusa que sólo él sabe por qué y de dónde viene. el caso es que en cuatro meses llegó. por el camino intercambiaba trabajos voluntarios por comida o alojamiento. ha limpiado siempre la zona donde acampaba, una playa o la caseta de control ferroviario; ha ayudado en albergues; ha conocido a mucha gente y como las despedidas cada vez se hacían más difíciles plantaba un árbol allá donde le habían tratado bien.
cuando decidió volver el mundo se cerró por la pandemia del covid19. hizo un paso rápido de turquía a grecia para estar en suelo europeo y finalmente ha dado con sus huesos y su bicicleta en un campo de refugiados, donde ayuda con clases de español, organiza partidos de fútbol; le ha acogido una familia en su container. - ¿cómo te has ganado aquí el respeto de la gente? - respetando.- y eso ¿cómo se hace? - me siento aquí, con radja, y le pregunto, me intereso por lo que le pasa.
no sé si habrá muchas historias como esta. evidentemente hay mucha gente ayudando por el mundo, pero santi no pertenece a ninguna organización, ni su meta era llegar hasta donde está hoy, ni lo hace con el propósito de contar y difundir este tipo de situciones. sin embargo hoy le ha dado la vuelta a la cámara de su móvil y nos ha metido en diez minutos de vida secuestrada, parada, agolpada, incomprensible, en un anillo hermético. miradlo si os apetece en mi cuenta de instagram. porque lo ha hecho con una sonrisa en la cara. como siempre.
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