jueves, 12 de enero de 2012

desde las rocosas IV

me estoy cansando de poner estos títulos tan largos, así que a partir de ahora sólo escribiré DlR: desde las rocosas. y luego el número romano. hasta el que me sepa o hasta el que llegue. aquí siempre nos gustaron los números romanos, tan rectos, con ese empaque de imperio fino farsante.


thomas ha llegado hoy con las agujas para drenar. se ha puesto delante de todos y se las ha clavado en la cabeza. le chorreaba un líquido asqueroso. se le ha dibujado una sonrisa. aquí nos acojonamos por cualquier cosa, pero él no. en medio del asunto ha dicho con voz tranquila: esto se llama cavidad temporal vacía. quien quiera entrar ya sabe lo que tiene que hacer. es un lapso de vida que uno usa para lo que quiera. no creo que convenga hacerlo más de tres veces en una sola vida. lo ha dicho en ese tono relajado de la verdad. suave. sin mayor trascendencia. luego se ha desmayado. le hemos dejado ahí, tirado.

no han ocurrido muchas más cosas. sí. el chico del tiempo ha dicho que estas temperaturas son normales. quisimos deshacernos de él una vez, pero luego caimos en la cuenta de que alguien tenía que anotar los metros cúbicos de nieve que caen. tenemos muchos muertos ahí abajo y no queremos sorpresas en primavera.

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